«Ninguno ha creído a Sócrates hasta morir por su doctrina; pero, por Cristo, hasta los artesanos y los ignorantes han despreciado, no sólo la opinión del mundo, sino también el temor de la muerte". Son palabras de san Justino, filósofo que vivió a mediados del s. II y que se convirtió al cristianismo. Las dice en su Apología , su defensa racional de la fe que abrazó.... y por la murió, mártir, dando así el supremo testimonio de su creencia... de la fe que le valía su creencia, más que su propia vida. La palabra mártir significa significa, precisamente, testigo, testimonio. (El cristianismo considera que el martirio es un don del Espíritu Santo: nadie puede, por sus solas fuerzas, dar su vida por la fe en Dios). De todos modos, Sócrates sí murió por la verdad, como bien sabía san Justino. Y tantos otros, por una causa justa, que no es otra cosa que un ideal que de considera verdadero: de una bondad sólida y duradera. Todo eso se por de manifiesto en una huelga de hambre. Jamás
Esta web está para intentar explicar lo que tantas alegrías me ha dado a mí: el cristianismo Para intentar favorecer la búsqueda (pero no el estudio: eso va a cargo de cada uno) de ciertos argumentos pasados y pesados que mantienen toda su fuerza y vigencia. Porque la cabeza hay que salvarla: no puede uno creer cosas que no entiende mínimamente, como decía San Agustín. Y para agradecer que otros lo hayan hecho por mí.